domingo, 15 de marzo de 2015

LA IDEOLOGÍA LIBERAL. Algunas aclaraciones.

A continuación detallamos algunas de las reflexiones que nos hace llegar Antonio Garrigues Walker (Jurista) en Diario ABC en fecha 15/03/2015:


La ideología liberal  admite muchas interpretaciones, pero vale la pena aclarar algunas cosas:

* No es liberal la persona que confiesa y defiende sentimientos  xenófobos o racistas.

* No es liberal la persona que pretende poseer  nada más y nada menos que la verdad absoluta -incluyendo las posiciones religiosas- porque esa es la actitud que impide el diálogo y conduce a formas de fanatismo y de fascismo.

* No es liberal quien defiende tradiciones o privilegios aunque sean causa importante de desigualdades -entre ellas las que afectan gravemente a la mujer-.

* No es liberal quien coloca la igualdad como un principio que prevalece sobre el de libertad.

* No es liberal quien pretenda reducir los limites de la libertad de expresión.



* No es liberal -y merece aclarar bien este tema- el que mitifica y sacraliza el mercado como la única panacea universal:
       El liberalismo entiende que el mercado es, sin duda, el sistema económico que permite una asignación más eficiente de los recursos y por ende el que facilita no solo la creación, sino también la distribución de la riqueza. Pero si por cualquier razón ello no fuera así -y la causa suele ser precisamente la obstrucción de los mecanismos de mercado-, el liberalismo ha defendido y defenderá inequívocamente la actuación del sector público y su intervención directa, con tal de que no tenga carácter permanente y el proceso pueda ser controlado en todo momento por la sociedad civil.



      El liberalismo se opone, sin la menor reserva, a toda forma de concentración de poder económico , sea público o privado, y por ello reclama una aplicación estricta de las leyes antimonopolio y de las normas que defienden una competencia leal, porque es incuestionable que el exceso de poder genera siempre abuso de poder.



* El liberalismo nada tiene que ver con el llamado 'capitalismo salvaje', ni con el capitalismo de 'amiguetes' ni con ningún sistema que provoque la indefensión y la opresión del ciudadano.

* El liberalismo protesta contra un mundo en el que se están acentuando las desigualdades, tanto a nivel nacional como internacional, justamente porque se falsifican y se adulteran las reglas del libre mercado.

* No se puede limitar el liberalismo al mundo económico. Es un reduccionismo tramposo. Se es liberal en todo, sin exclusión alguna, o no se es liberal en nada.  

* El liberalismo no es simplemente ni fundamentalmente una teoría económica, al liberalismo le importa mucho más el 'ser' que el tener y, aunque respeta profundamente el deseo de tener, la propiedad privada y el interés particular de cada ser humano, concede un valor decisivo a los planteamientos morales sin los cuales el sistema se encanalla y se derrumba como sucedió en la última crisis financiera e inmobiliaria, aún desoladoramente vigente. Ni uno solo de los grandes pensadores y filósofos del liberalismo (y en especial Adam Smith y Hayek) han dejado de insistir en esta idea. Como dice Röpke, 'las cosas auténticamente decisivas son las que están más allá de la oferta y la demanda, aquellas de las que dependen el sentido, la dignidad y la plenitud interior de la existencia'.



* La ideología liberal es la única que ha mantenido su coherencia y seguirá siendo la clave de la riqueza y la fortaleza de la vida democrática y la convivencia social. No debe ser manoseada ni manipulada con engaño o torpeza.


 

domingo, 22 de febrero de 2015

Juan Díaz de Solís. Descubridor del Río de la Plata. Murió descuartizado por caníbales.

Juan Díaz de Solís.  Descubridor del Río de La Plata, murió descuartizado por indios caníbales.

Ciudadanos: Cómo tejer un partido en 100 días

Ciudadanos ha pasado en un año de 2000 a 12000 afiliados y se ha fusionado con partidos de corte liberal (como el CDL- Centro Democrático Liberal, disuelto e integrado en C's) que han aportado 300 concejales en ejercicio.

Según últimas encuestas los que más respaldo podrían tener serian: PP, Podemos, PSOE, Ciudadanos, IU, UPyD. Lo que parece claro es que por ejemplo en Madrid va a hacer falta una coalición de al menos 3 partidos para poder gobernar con mayoría. 

sábado, 7 de febrero de 2015

Niceto Alcalá Zamora. Primer Presidente de la 2ª República de España.




Niceto Alcalá Zamora, fué un político español, primer presidente de la Segunda República. Participó en la política de la Restauración desde las filas del Partido Liberal, llegando a ser ministro de Fomento (1917-18) y de la Guerra (1922-23) en sendos gobiernos de García Prieto.




Fundó el partido Derecha Liberal Republicana en 1930.

Su oposición a la dictadura de Miguel Primo de Rivera, le llevó a declararse partidario de la República en 1930, a participar en el Pacto de San Sebastián para derrocar la monarquía y a presidir el gobierno provisional que se hizo cargo del poder tras la renuncia de Alfonso XIII, el 14 de Abril de 1931.


 Su presencia en aquel gobierno representaba la adhesión al régimen republicano de sectores conservadores, católicos y de clase media.

Pero pronto entró en conflicto con los dirigentes más avanzados, discrepó sobre todo de la regularización constitucional de las relaciones Iglesia-Estado, hasta el punto de dimitir y ceder la jefatura del gobierno a Manuel Azaña.

No obstante, fue elegido presidente de la República, cargo que ejerció durante cinco años con lealtad a la Constitución; durante el primer bienio entró en conflicto con las predominantes fuerzas de izquierdas; pero no fue mucho mejor su relación con los partidos de derechas que triunfaron en las elecciones de 1933 (enfrentamiento con Gil Robles, indulto al general golpista Sanjurjo contra el parecer del gobierno, ect.)

Tras las elecciones de 1936, que dieron el triunfo al Frente Popular, Alcalá Zamora acabó por ser depuesto como presidente, al haber rebasado el número de disoluciones de las Cortes autorizado por la Constitución en un solo mandato presidencial; una vez más fue Azaña el encargado de sucederle. Se exilió en París y, más tarde en Buenos Aires donde falleció en 1949 a los 71 años de edad.



En el balance de su actuación política hay que destacar la voluntad de integración que demostró, aceptando lealmente el juego democrático desde posiciones conservadoras; su aspiración de promover una gran opción política de 'centro' que facilitara el entendimiento y el consenso estaba condenada al fracaso en una época de tensiones sociales y políticas tan graves como las que acabaron conduciendo a la Guerra Civil (tres meses después de su destitución).

Alcalá Zamora, famoso por su elocuencia parlamentaria desde las Cortes de la Restauración, fue miembro de la Real Academia Española y dejó una abundante obra escrita (Tres años de experiencia constitucional, Los defectos de la Constitución de 1931, Inventario objetivo de cinco años de República, ect.).

Nació en Priego de Córdoba donde siempre se le ha reconocido su gran valía y tienen viva su memoria.




           Un nieto suyo, miembro de la Academia de la Historia, ha querido rescatar y resumir así su gestión: <Al hacerse cargo de la presidencia de la República, comprendió muy bien que su primer deber para salvar el futuro del régimen, zarandeado por las olas de la crisis económica mundial del 29 y por los totalitarismos de izquierda y derecha, radicaba en el ejercicio infatigable de su limitado poder moderador, cuyo éxito dependía, por desgracia, de la improbable benevolencia con que se escucharan sus consejos para impedir que llevasen a cabo sus propósitos los extremismos de uno y otro signo, que detestaban el obstáculo presidencial, cada día más decididos a exterminarse mutuamente>.

Alcalá Zamora, o Don Niceto, como solía llamársele, había hecho su carrera como diputado y ministro de la Restauración, muy católico, en 1930 abandonó de pronto la monarquía que estaba minada por un cancer moral.
La razón del súbito republicanismo de Don Niceto la expone Miguel Maura, otro monárquico que le había precedido dos meses antes en la conversión: <La Monarquía se había suicidado, y, por lo tanto, o nos incorporábamos a la revolución naciente, para defender dentro de ella los principios conservadores legítimos, o dejábamos el campo libre, en peligrosísima exclusiva, a las izquierdas y a las agrupaciones obreras>.

Alcalá Zamora y Maura, promovieron lo que pasaría a la historia como 'Pacto de San Sebastián', el 17 de agosto de 1930, un principio de programa y de estrategia para traer la República. El medio acordado para acabar con la monarquía fue el clásico pronunciamiento militar, secundado por una huelga general. Al final el 14 de abril el rey Alfonso XIII abandonaba el Palacio de Oriente con rumbo a Cartagena, y allí embarcaba para Francia.

Así, contra una idea extendida, la república nació bajo el impulso y dirección de unos monárquicos de la víspera, católicos y fundamentalmente conservadores. Y nació en paz, gracias, a la decisión monárquica de no oponer resistencia. Lo que pasó después ya es otra historia.
 
 
 


viernes, 6 de febrero de 2015

Moclín (Granada). Las últimas batallas entre moros y cristianos en la península ibérica.

A Moclín se le denomina el 'escudo de Granada' por ser frontera natural entre los reinos cristianos y nazarí durante más de 140 años. Aquí tuvieron lugar las últimas batallas entre moros y cristianos de la peninsula y aquí pasaron varias temporadas los reyes católicos. 



Actualmente es un enclave de gran atractivo turístico, paisajístico y cultural, forma parte de la ruta del califato y de la ruta mozárabe del camino de santiago. Tiene pinturas rupestres, grupo arqueológico con silos romanos, tumbas medievales, árabes, trincheras de la guerra civil española, etc.





A continuación vamos a contar como se desarrollaron los últimos días de la conquista de Moclín por parte de los cristianos, según nos cuenta Washington Irving en su libro 'Crónica de la conquista de Granada' y basado en los hechos narrados por Fray Antonio Agápida, quién fué su autor y que era un ferviente católico, estos hechos son tan curiosos que vale la pena conocerlos:

DE COMO EL REY FERNANDO ATACÓ A MOCLÍN Y DE LOS EXTRAÑOS SUCESOS QUE OCURRIERON EN SU CONQUISTA:





Los Reyes Católicos- dice Fray Antonio Agápida- habían cortado de raíz el ala derecha de los rapaces moros. En otras palabras, la mayoría de las plazas fuertes a lo largo de la frontera occidental de Granada, cayeron bajo los tremendos impactos de la artillería cristiana. El ejército de Fernando se hallaba acampado a la sazón frente a Moclín, una de las más inquebrantables fortalezas de la frontera en el término de Jaén, asentada en una alta colina de roca, cercada estrechamente por un río. Un tupido bosque protegía la parte posterior del pueblo, del lado de la montaña. En aquella firme posición, dominaba con sus almenadas murallas del frente y sus macizas torres, todos los pasos de esa región del país, motivo por el cual se conocía con el nombre de "el escudo de Granada".






Moclín tenía que pagar una doble deuda de sangre a los cristianos, pues, doscientos años antes un maestre de Santiago y sus caballeros perecieron lanceados por los moros ante sus puertas. Más recientemente, ellos realizaron también una terrible mortandad entre las tropas del bondadoso conde de Cabra, en su precipitado intento de atrapar al viejo Zagal.









 El orgullo de Fernando fue picado desde entonces porque se le obligó a desistir de su plan y abandonar el ataque previsto sobre la plaza. En consecuencia, estaba deseoso de tomar una completa represalia.

Pero, anticipándose el Zagal a una segunda tentativa, abasteció la plaza con suficientes municiones de guerra y provisiones, ordenando excavar trincheras y construir nuevos baluartes , así como trasladar a la capital a todos los ancianos, mujeres y niños.





Tan grandes eran la resistencia de la fortaleza  y las dificultades naturales de su situación, que Fernando previó muchos inconvenientes para conquistarla y realizó todos los preparativos para sostener un largo asedio. 
En el centro de su campamento levantó dos grandes montículos: Uno de sacos de harina y el otro de granos, a los cuales llamó "el granero real".





Apostó luego tres baterías de artillería pesada contra la ciudadela y las principales torres, en tanto que la artillería liviana, arcabuces, ballestas y artefactos diversos para el lanzamiento de proyectiles, fueron distribuidos por varios sitios para mantener un fuego constante sobre las ocasionales brechas abiertas por los cañones y bombardas y sobre los soldados de la guarnición que se asomasen a las almenas.
Pronto se pudieron ver las huellas dejadas por las bombardas en las obras ordenadas por el Zagal, al ser demolidas una parte de las murallas y varias de sus altivas torres, las cuales, debido a su gran altura, se consideraban inexpugnables antes del empleo de la pólvora.





Los moros procedieron a reparar sus muros en la mejor forma posible y confiando todavía en la ventaja de su situación, mantuvieron una resuelta defensa disparando desde sus encumbradas almenas y torres sobre el campamento cristiano.
Por espacio de dos noches y un día se sostuvo un incesante fuego y no hubo ningún momento en que se dejase de oir el estrépito de la artillería, ni tampoco se pudiesen evitar cuantiosos daños, tanto entre los moros, como en medio de los cristianos. No obstante, aquel era más bien un conflicto de artilleros que de galantes caballeros, donde no salieron a combatir tropas, ni hubo choques personales entre guerreros, ni molestas cargas de caballería. Los hidalgos y sus huestes permanecieron en observación, sin emplear para nada sus armas, esperando tener una oportunidad para distinguirse con sus proezas al escalar las gruesas murallas o tomar por asalto alguna brecha. Sin embargo, como la plaza no era accesible sino por un lado, probablemente la resistencia sería larga y obstinada.

Los artilleros, como era usual, descargaron no sólo bolas de piedra y acero para demoler las murallas, sino también bolas incendiarias, fabricadas con materiales de combustión inextinguible, destinadas a prender fuego en las viviendas.




Una de esas bolas pasó a gran altura, como meteoro, lanzando chispas y estallando después de atravesar por la ventana de una torre utilizada como santabárbara. De inmediato la torre voló por los aires con una tremenda explosión; los soldados moros que vigilaban en las almenas fueron aventados al espacio y cayeron, mutilados, en varios lugares del pueblo y las casas de la vecindad quedaron completamente en ruinas, como si hubiese ocurrido un terremoto.
Los moros nunca habían sido testigos de una explosión semejante y atribuyeron la destrucción de la torre a un hecho sobrenatural. Algunos cuantos, quienes vieron descender la bola encendida, imaginaron que era fuego caído del cielo para castigar su terquedad. El mismo piadoso Agápida piensa que aquella feroz misiva fué dirigida por mediación divina para confundir a los infieles, opinión en la que apoyan otros historiadores católicos.
Al considerar que el cielo y la tierra estaban confabulados, por decirlo así, contra ellos, perdieron toda esperanza y capitularon. Los cristianos les permitieron salir llevando todos sus efectos personales, con excepción de las armas y municiones de guerra.

El ejército católico (dice Antonio Agápida) entró en Moclín con gran pompa, no en plan de licenciosa hueste, atenta solo a saquear y desolar, sino como un grupo de guerreros cristianos dispuestos a purificar y regenerar aquella tierra. El estandarte de la cruz, esa gloriosa enseña de esta santa cruzada, fue llevado adelante, seguido por los demás pendones del ejército. A continuación cabalgaban el rey y la reina, a la cabeza de gran número de caballeros armados, acompañados por un séquito de curas y frailes con el coro de la capilla real cantando el "Te Deum laudamus". La multitud enmudeció cuando los vió pasar por las calles en tan solemne actitud y sólo se podían oír las antífonas del coro. Mas, repentinamente oyeron brotar de las profundidades de la tierra otro conjunto de voces cantando el imponente responsorio "Benedictus qui venit in nomine Dómini".(Bendito el que viene en nombre del señor). La procesión se detuvo asombrada, aquellas voces eran de los cristianos cautivos, entre los que se encontraban algunos clérigos recluidos en los calabozos subterráneos.
El corazón de Isabel se conmovió mucho, ordenando que inmediatamente pusieran en libertad a aquellos infelices; y todavía se conmovió más cuando pudo cerciorarse, contemplando su pálido, descolorido y demacrado aspecto, de lo mucho que habían sufrido. Sus hirsutos cabellos y barba les crecieron muchisimo y se hallaban consumidos por el hambre, semidesnudos y encadenados. La reina dispuso entonces que se les vistiese y alimentase, proporcionándoles dinero para que se encaminasen a sus hogares.
Algunos de aquellos cautivos eran valientes caballeros heridos y tomados prisioneros cuando el conde de Cabra sufrió la derrota a manos de el Zagal el año anterior. Se encontraron, asimismo, tristes rastros de aquel desastroso lance, pues hurgando en el estrecho desfiladero donde ocurrió la derrota, aparecieron restos de varios guerreros cristianos entre la maleza, detrás de las rocas y en las grietas y hendiduras de las montañas. Algunos quizá habían caído de sus corceles o tan gravemente heridos que no lograron huir. Arrastrándose entonces fuera del campo se escondieron para no caer en poder del enemigo, pereciendo así miserablemente sin nadie que los ayudase a bien morir. Los cadáveres de los más distinguidos pudieron reconocerse por sus armaduras y divisas, siendo llorados por los compañeros que con ellos compartieron los desastres de aquel día.
La reina mandó reunir sus despojos, como las piadosas reliquias de tantos otros mártires que antes cayeron en defensa de la fe, y ordenó enterrarlos con gran solemnidad en las mezquitas de Moclín, previamente purificadas y consagradas a la adoración cristiana.
Allí -dice nuestro piadoso fraile Agápida- descansan los huesos de aquellos verdaderos caudillos católicos, en la tierra santificada con su sangre; y todos los peregrinos que pasen por esas montañas, ofrendan oraciones y misas por su eterno descanso.
Isabel permaneció un tiempo más en Moclín para consolar a los heridos y prisioneros, poner orden en los nuevos territorios adquiridos y fundar iglesias, monasterios y otras instituciones piadosas.
 
 Mientras tanto el rey marchaba al frente dejando asolada la tierra de los filisteos -dice el metafórico Agápida-. La reina siguió luego sus pasos, como el agavillador va tras los de la segadora, recogiendo y acopiando la cosecha caída bajo su hoz. En esta tarea era asistida grandemente por los consejos de aquella nube de obispos, frailes y otros santos varones que continuamente la rodeaban, reuniendo los primeros frutos de esta tierra de infieles en los graneros de la iglesia.

Dejándola, pues, en tan devotos menesteres, el rey continuó en su carrera de conquistas, proponiéndose devastar la vega y llevar el fuego y la espada hasta las propias puertas de Granada.






Hasta aquí lo escrito por Washigton Irving en su libro "Crónica de la conquista de Granada" y cuya narración fué realizada por Fray Antonio Agápida, cuyos manuscritos originales se encuentran conservados en la biblioteca de El Escorial.





jueves, 5 de febrero de 2015

1522. La vuelta al mundo de Juan Sebastián Elcano

El 6 de septiembre de 1522, 18 hombres demacrados, sin fuerzas, exhaustos, llegaban capitaneados por Juan Sebastián Elcano al puerto de Sanlúcar de Barrameda, el mismo del que habían partido 3 años antes para realizar un periplo impensable: dar la vuelta al mundo.


Todo había comenzado en 1519, cuando desde la Casa de Contratación de Indias se organizó una flota compuesta por 5 naves: La Trinidad de 110 toneles, la San Antonio con 120, la Concepción que desplazaba 90, y las Victoria y Santiago de 85 y 75 toneles respectivamente.

El precio total de esta empresa ascendió a 3 millones de maravedíes, costeados casi integramente por Fernando de Magallanes, que, como capitán general, se reservó el mando de la Trinidad, la nave capitana, mientras que a Elcano le correspondió el cargo menor de maestre en la San Antonio.

La Armada partió el 10 de agosto de 1519 precedida de una descarga de artillería.



El periplo de la flota resultó todo un infierno, en el que murió el mismísimo Magallanes, hasta que, finalmente, el 4 de septiembre de 1522 y tras dar la vuelta al mundo, los supervivientes divisaron tierra española.

Dos días más tarde, 18 de los 265 hombres que iniciaron el viaje 3 años antes, arribaron al puerto de Sanlúcar de Barrameda. Los sevillanos les saludaron a su paso desde las barcas y tierra firme, incrédulos ante el espectaculo. '¿Son estos los restos de la imponente escuadra de Magallanes?', debieron preguntarse. Efectivamente.

Fué una de las gestas más heroicas jamás realizadas. Un auténtico ejemplo de navegación , aventura y ..... supervivencia.



 

El baile de San Isidro (santo madrileño) en Cataluña

El folclore es fundamental para acercarse al ser de los pueblos. Antigüamente,  en la población de Gracia (ahora un barrio de Barcelona), celebraban dos fiestas mayores. Una era la de San Isidro Labrador, patrono de los payeses de la llanura de Barcelona (que ahora ocupa el ensanche). La fiesta se celebraba el 15 de mayo. Como la otra fiesta, la Encarnación, solía caer en cuaresma, la fiesta de San Isidro era la más celebrada e importante.
Se acercaban gentes de muchas poblaciones cercanas y la fiesta seguía esta rutina: Santa Misa con panegírico al Santo madrileño;  canto de sus gozos.
Le seguía un solemne baile de ramos. A diferencia de otros bailes, en la danza de San Isidro estaba prohibido intercambiarse de pareja y el hombre estaba obligado a regalarle un ramo de flores a la mujer. La fiesta era muy antigua,  pero tenemos noticia de principios del siglo XIX de la cofradía de San Isidro en Gracia. Por la tarde se hacía una procesión,  donde dos jóvenes hacían de San Isidro y de su mujer Santa María de la Cabeza. Esta era una fiesta popularísima y nadie se traumatizaba por celebrar un santo madrileño. Hoy el barrio de Gracia es uno de los más independentistas de Barcelona.
('Cataluña Hispana' - Javier Barraycoa- Página 166).